La cueva

El fin de semana visité una cueva de esas poco exploradas, a mi me gusta todo eso de descubrir lugares nuevos, contacto con la naturaleza, y bla, bla, bla, nada extraño meterme a una cueva y ver formaciones, todo eso es interesante hasta que después de un rato una se concientiza que está en un lugar lleno de bifurcaciones, cavernas por todos lados, totalmente oscuro, solo con un acompañante al que le confías que tenga la capacidad de sacarte sana y salva de ahí. Y todo el susto empezó porque de repente encontramos  ofrendas, velas y otras cosas que ni volteaba a ver, ¡puff! si me dio miedo, nunca me había pasado, llevábamos una hora aprox., avanzando cuando dije ya, hasta acá. De regreso encontramos mas cosas que de ida yo no había visto, que bueno porque seguro que no avanzo mas. Es muy interesante la experiencia definitivamente vale la pena, uno apaga la lámpara y no hay nada, solo el ruido de la filtración del agua, oscuridad total y una adrenalina de temor a lo desconocido, claro que lo volvería a hacer (seguramente invitaré a mas amigos), cada vez hago cosas que no imaginé tener la capacidad de hacer, asi que venga, poco a poco.

Fuera de la cueva todo es colorido, tampoco es que a una le de por sufrir tanto :)

Y para acabar el fin de semana, se busca una vista bonita y se sienta uno a esperar el atardecer y un poco mas noche los fuegos artificiales de las fiestas de los pueblitos:

Me he vuelto adicta, todo es mágico, excepto, aquello que nubla la visión, excepto el lado oscuro de la luna, te lo he dicho y siempre terminamos mágicamente riéndonos ¿lo sabías? haz algo...