Mas rojo que las bayas
Crecí en un lugar donde el color del cielo siempre fue azul intenso y donde había unos arboles que en determinadas épocas del año dan flores rojas también intensas, por lo que no había porque maravillarse de lo cotidiano o tal vez porque cuando uno es niño no hay añoranza porque ha uno vivido tan poco que no hay recuerdos.
Después me cambié de lugar y no es que nunca hay visto un cielo rojo, pero no tan frecuente, y tampoco había esos árboles de flores rojas, y también me volví un poco solitaria y un poco lectora.
Una vez en una revista se publicó una novela corta, la leí y recuerdo como sentí por primera vez la añoranza de otros tiempos. La historia era de una pareja, el la conoció en un bosque de cielo azul y árboles de bayas, desde que la vio y se vieron a los ojos supieron que había una conexión fuerte, todos los días la visitaba y platicaban largas horas, mas bien él le platicaba y ella sonreía, pero cuando caía la noche ella corría entre los árboles y se le desaparecía... así pasaron algún tiempo hasta que ella le dijo que ya no podía estar ahí, que por favor la ayudara y solo repetía una y otra vez la frase "Mas rojo que las bayas", no le decía su nombre ni otra señal mas y así un día por fin ella ya no apareció, el siguió visitando el bosque a diario y nunca mas la vio, iba y se sentaba al pie de algún árbol a esperar a que apareciera, pero eso no pasó, lloraba y recordaba el rostro y la sonrisa de ella, empezó a consumirse de la desesperación. Por fin después de muchos días, pidió ayuda al pueblo pensando en que quizás algo malo le habría pasado y sino serviría para saber donde vivía y podría ir a buscarla. Dio la descripción física de ella y la buscaron en el bosque, pasaron varios días y por fin la encontraron... había muerto ya hacía años atrás y estaba abajo de un árbol de frutos de bayas rojas, el lloró y lloró y la llevó a un lugar de descanso eterno, los primeros años le llevó flores todos los días, después le llevó flores cada semana mientras y aunque con el paso del tiempo se enamoró y se casó, nunca dejó de llevar las flores mientras tuvo vida, a veces ella se lo agradecía en sus sueños y el fue feliz.
La historia es mas larga y seguramente con mas detalles, pero esto es lo que recuerdo, este es mi árbol rojo, algún día quiero uno así en mi patio.
Supongo que no soy la única que al ver una imagen se nos vengan los recuerdos e historias.
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