Perú

 Hace un poco mas de un año estuve en Perú, conocer Machu Pichu fué la principal razón de elegir este destino, el cual me dejó grandes vivencias, muchas buenas y otras no tanto y tal vez por eso hasta ahora vengo a contar un poco, acá hay un poco de constancia gráfica con poco bueno que contar, un viaje así no se olvida tan fácil, primero porque el sitio es grandioso, desde el camino a la zona arqueológica tiene su encanto, viajando en el tren panorámico, escuchando música andina que nos ambienta y prepara para recibir Machu Pichu, un lugar encantador, rodeado de montañas grandes y verdes, lleno de leyendas que le dan un toque místico.

Después de estar todo un día el lugar uno puede regresar a disfrutar el pueblo de Cuzco que es realmente bonito, con calles empedradas, casas con tejados y balcones con flores, muchas tiendas de artesanías típicas y restaurantes de comida originaria de Perú e internacional, un pueblo con multitud de turistas y mucho ambiente, fue declarado Patrimonio de la humanidad por su hermosa arquitectura.

En Aguascalientes, presencié una fiesta de lo mas extraña, gente vestida con ropa típica cargando en sus espaldas cabezas de ganado muerto: toros, chivos, cerdos... algo entre divertido y de miedo, la alegría y la tristeza de ver los ojos desorbitados de los animales muertos, o al menos eso me apreció a mi, tal vez porque mi pobre corazón sentía lo mismo, alegría, tristeza y hasta desamparo, algo muy extraño en un lugar que no es lejos pero me parecía al otro lado del mundo.

 Además que de que es parada obligada, ya que ahí tiene uno que llegar para abordar el camión que nos lleva a la terminal del Perurail que nos llevará a Machu Pichu. Tiene aereopuerto lo que hace fácil el acceso desde Lima y de regreso.

Conocí las líneas de Nazca, algo sorprendente, muchas figuras y rayas en medio del desierto, las cuales se pueden apreciar desde el aire, por lo que se observan en avioneta, llegar a Nazca es un viaje largo desde Lima, para poder solo estar una hora en el aire y apreciar este enigmático campo de figuras, sin embargo, vale la pena ir si uno anda por allá.

Otro destino es el desierto de Ica, en el cual se practica el sandboard, ahí uno la pasa genial trepados en unos carros abiertos que suben y bajan las empinadas dunas a buena velocidad, gritos y risas nos invaden y hacen pasar realmente momentos divertidos, en cada curva cerrada por las laterales de las dunas uno cree que va a ir a dar al fondo del arenal, realmente divertido y lleno de adrenalina el paseo, luego si uno no sabe esquiar en tabla, pues se juega acostándose en ella y dejándose llevar por la inercia hasta muchos metros abajo.

El famoso candelabro de Paracas

 

Este candelabro es un misterio quien lo hizo al igual que las líneas de nazca, las leyendas son muchas pero las que mas nos contaron es que fueron astrónomos quien las dibujó, vaya usted a saber, lo que es cierto es que dan un toque de misterio al paisaje arenoso. Además desde este lugar en yate se llega a la reserva de Paracas, un lugar en medio del mar con unas islas de piedra llenísimas de aves, lobos marinos, y hasta pingüinos, nos tocó demasiada niebla y las fotos no hacen mérito al lugar, pero es realmente bonito.

Yo en un día que fué muy divertido

Ruuuuun, arrastrándome colina abajo en la tabla. ¡divertidísmo!

Lima, mmm, una ciudad grande y caótica, con edificios muy bonitos y otros pues como en todos lados no tanto, mucho mas grande de lo que imaginé, con gente amable y eso sí, mucho tráfico para no extrañar mi México.

 Y la lista sigue, solo que no alcanza el tiempo para meterse a cada rinconcito...

Un lugar menos en mi lista de lugares a conocer de este mágico planeta ♣ y una lección mas aprendida.