Para tí
¿Dónde está la felicidad?
Desde que subí al avión rumbo a Tijuana no dejé de pensar en tí, en esa carta de muchas hojas que me enviaste contándome con todo detalle tu aventura en la travesía desde el D.F. hasta allá, lo impresionante que te pareció la Rumorosa al divisar los barrancos y alguno que otro punto hasta abajo que representaba a un desafortunado automóvil que cayó sin remedio por esos cañones. Esa misma impresión viví muy cerca de ese lugar, con tus mismos ojos de asombro, te lo conté el primer día que vi las estrellas desde ese cañón solitario, cerré los ojos y te vi ♥ te lo iba a escribir donde siempre pero este también parece un buen lugar.
Estos son pequeños trozos de imágenes de un mundo extraño, grandioso. Es imposible guardar tanto detalle en la mente, solo queda la sensación de grandeza que nos deja despertar ante esta inmensidad, grandes piedras aglutinadas unas con otras formando un paisaje totalmente diferente a lo poco que he conocido hasta estos días.
Esto es la sierra mártir de BC, donde antes de iniciar la aventura, visitamos el observatorio astronómico, y casi al inicio de la caminata me tocó ver tres venados en su hábitat, tan elegantes que son y tan escurridizos que salieron corriendo y se perdieron en un momento. No nos tocó ver borregos cimarrones pero aquí habitan. Inicié de tan buen ánimo que nada hizo que perdiera el asombro, ni la mochilota que cargué con un peso al que no estoy acostumbrada, nada fue impedimento para vivir esta experiencia tan grande en el Picacho del diablo.
El otoño hizo su magia en el paisaje, en esos árboles de hojas amarillas y en los atardeceres de sol dorado.
Subir el Picacho del diablo no me fue fácil, en cada paso me latía el corazón cada vez mas rápido, mis piernas temblaban subiendo por esas rocas de granito, donde muy continuamente hay que ir escalando y con mucho cuidado, algunas movedizas y otras donde mi piernas no alcanzan a dar el paso, es muy agotador y tiene varios tramos mas difíciles que otros, pero siempre con el buen ánimo a tope. Lo mas divertido fue pasar por wallstreet, una empinada subida de piedra que por la inclinación sientes que te vas para abajo, todos pasamos pegados a la pared de piedra y como gateando, en cuatro puntos de apoyo, nos reíamos de los nervios, de ver como todos cedíamos ante la imponente naturaleza, de lo increíble del lugar.
La última parte para llegar a la cumbre, sentía temblar mis piernas, pero ya quería ver las vistas, firmar el libro de visitas, darnos el abrazo de cumbre y sentarme a contemplar. Llegar a la cima después de escalar tanta roca transforma el cansancio automáticamente en alegría difícil explicar, todos los del grupo dimos gritos, risas, felicitaciones, gran emoción compartida, por fin tenemos la vista hacia la inmensidad de montañas y cañones rocosos, "espectacular" la sierra madre oriental en su esplendor, a lo lejos el mar de cortés, muchos cañones que no recuerdo su nombre, solo el cañón del diablito que es la ruta que seguiríamos al regreso, otro camino que fue igual de exigente y enriquecedor, ese toca contarte otro día.
¡Gracias por tanto!
El descenso fue complicado, bajar otra vez por esas rocas resbalosas donde un mal paso te quiebra algo y pone en riesgo a todo el grupo, por eso bajamos a buena hora, para que no nos tocara la noche, que haría un regreso demasiado difícil, porque además de lo que implica bajar sobre piedras, no hay camino bien marcado, ahí fácilmente te pierdes. Después de unas horas, ya no hay plática, todos concentrados en cada paso, cada vez mas cansados pero con la felicidad intacta.
Casi al caer la noche llegamos estábamos en campo noche, uff, ¡éxito total! regresaron la alegría, las risas, los abrazos y compartir la aventura con nuestros compañeros que ahí nos esperaron. Cenar delicioso y dormir... ¡muy cansada, muy contenta!
Iniciamos el día guantes nuevos, y así al final del día...
Fueron cinco días de caminar entre rocas, en partes escalar para avanzar apenas unos cuantos metros, brincar piedra tras piedra para no caer al agua, cargando una mochila que con el cansancio acumulado día a día se hace mas pesada, dormir bajo las estrellas, caminar con el aroma de esas plantas que huelen tan bien y vencer el cansancio cada mañana para continuar, todo en compañía de amigos, compañeros amantes de la naturaleza y cómplices de aventuras.
Acá ya casi finalizábamos la expedición, iba tan feliz que dejé de sentir el peso de la mochila, no me molestaba la incomodidad de no bañarme por varios días y con el sudor que cada día se me secaba en la noche, para volver a mojarme en el siguiente día, iba tan feliz que casi me ponía a llorar de emoción, hubo momentos que me sentí muy sola, lo que hubiera dado porque al final te llamara y te contara todo, por eso te lo escribo, por eso te lo platico en mis noches, gracias por la vida, pero sobre todo, gracias por darme esta sensibilidad, la misma con la que tu veías el mundo.
Esta es la felicidad que me dejó el Picacho del diablo, tenias razón, estos lugares son para quitar el aliento.
Tu lo sabes, porque lo ves y sientes a través de mí, debo dejar atrás lo que no sirve, lo que estorba, el lastre. Gracias por estar ahí siempre, te amo por toda la eternidad.
Te prometí que verías el mundo a través de mis ojos ♥♥♥
Yo creo que entre tanto punto brillante, una estrella era Antares...
Yo creo que entre tanto punto brillante, una estrella era Antares...
Comentarios
Saludos de Italia
Tlaz