Uno de mis fotógrafos favoritos dice que día a día hagas algo que te desafíe, te da fortaleza mental, te sentirás mas fuerte, mas resiliente.
Mi primer cañonismo
Yo no quería ir al cañón del infiernillo, es un desafío al vértigo, a estar horas en agua helada, haciendo rapel por sus cañones, pero recordé a este fotógrafo y me apunté, llegando al cañón a ponernos el equipo y prepararnos para los rapeles, la emoción y nervios a tope, solo de ver hacía abajo las paredes y el agua helada al fondo.
Empezamos por la primera bajada de 15 metros, iba yo con miedo pero con muchas ganas, al final del rapel irremediablemente al agua -helada-, ... sentí el choque del agua fría, pero debía disfrutarlo, acá ya no había marcha atrás, cruzábamos la primera poza y ya el siguiente rapel y así todo el tiempo, cada vez descubriendo mas formaciones, en algunas partes el cañón se hace muy estrecho, tiene paredes de hasta unos 100 metros, por ello es que el agua está tan helada, pues casi no llega el sol en el fondo y el agua casi no corre. Después de cada bajada los mas friolentos nos tomábamos un pequeño trago de anís, que a mí me pareció un abrazo caliente y delicioso, tanto frío tenía que no podía tomar fotos sin que me temblaran las manos, pero maravillada con las formaciones rocosas que veíamos desde el fondo del cañón, en cada bajada se descubren nuevas formas, es muy impresionante.
Una vista a las profundidades
Casi al terminar, ya todos cansados, nos aventábamos en saltos sin poner las cuerdas, lo que queríamos era ya terminar y brincar agilizaba todo, yo solo brincaba donde la altura no rebasada los 3 metros, cerraba los ojos y a darle... ¡Adrenalina!
Terminé muy cansada, muy feliz de hacerlo... y muy hambrienta. Y con la certeza de que puedo lograr mas cosas, con la mente mas fuerte, porque podrá ser muy fácil para otros, pero para mí no.
Conocí nuevos aventureros, pasé un día muy enfocado en el disfrute, la comida-cena la devoré (y eso que nos dieron pollo), después café, bañito y a dormir en medio de la naturaleza en el campamento. ¡encantada de haber venido!
En este día, mi mundo estuvo completo.
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