Daños

 No dejes que te dañen, no te dañes y no dañes a otros

Parece idílico, pero es fantasía.

Vengo del pasado, y no, no debí insistir ir a la montaña, aunque la salida fue de cuento, literal.

Fue el 20 de noviembre de 2016, salimos tarde, desayunamos café de olla, quesadillas y chales -que delicia- compré pan horneado en leña, y el día estaba soleado, ¿Qué podía salir mal? nada, de hecho nada salió mal.

Iniciamos la caminata y casi a la media hora ya la subida fuertecita entre pocos árboles, mucho sol y calor, seguimos avanzando y para suerte ya estamos bajo los árboles, el viento del bosque es refrescante y delicioso, las vistas cada vez mas bonitas... seguimos y después de varios descansos (míos) en la última subida encontramos muchas flores en el camino, yo pues hasta atrás, jadeando pero con buen ánimo, cuando por fin alcancé cima, ¡sorpresa! me regalaron este ramo de flores silvestres, recogidas sin que yo me diera cuenta, ahh como fui feliz, las pequeñas cosas que dan sentido al momento. 

Después de montones de fotos vino la recompensa, comer las quesadillas del mercado, un delicioso chale, un poco de vino y el pan de pueblo, desde este punto en lo alto se tiene una vista espectacular, por lo que decidimos esperar el atardecer que no tardó mucho, nos tomamos buen tiempo para contemplar... y así nos llegó la noche de regreso, empezamos a caminar entre las sombras de los árboles, solo se escuchan nuestros pasos en las hojarascas secas y montones de grillos que cantaban, en un momento quedamos frente a las luces del pueblo que se ven hasta abajo a lo lejos, también se aprecian las siluetas de los cerros de enfrente. Nos detuvimos para contemplar el momento, (Cuando... uff casi pierdo una bota, esto es importante no olvidar, no se quiten las botas en la oscuridad aunque lleven lámpara), como muchas veces nunca ha importado la hora. Regresamos y tuvimos una aventura épica, un día único y mucha memoria para recordar.

¿Acaso esto no es bonito? 

Hay montones de cosas que contar y para que la memoria no me falle, me paso al cuaderno.

La memoria del corazón elimina los malos recuerdos y magnifica los buenos, y gracias a ese artificio, logramos sobrellevar el pasado.

[GGM]

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